Nene vive con su anciano marido en una villa alejada de la ciudad. Todos los días alguien trae verduras frescas a la casa. Incapaz de resistirse al seductor trasero de Nene, el repartidor bastardo la violó en su propia casa. El marido de Nene salió a trabajar temprano en la mañana, por lo que ella estaba sola en su casa como ama de casa. El repartidor la violó justo en la sala. Al día siguiente fue igual, vino a entregar verduras, pero como tenía miedo, Nene no abrió la puerta. La engañó para que dejara las verduras afuera de la puerta y luego se fue, pero tan pronto como abrió la puerta, la abrazó, la empujó hacia adentro de la casa y la violó. Esa tarde sintió sed y se dio placer con un pepino. Como de costumbre, temprano en la mañana, vino el repartidor y alegró a Nene con una zanahoria y un pepino. Después de un rato afuera en el sofá, fueron al baño a tener sexo. Nene intentó decirle muchas veces a su marido que había sido violada por el repartidor, pero como su marido estaba físicamente débil y no podía atenderla, ella decidió no decir nada. Un día su marido invitó al repartidor a quedarse a cenar y tomar algo. Mientras bebía, el marido de Nene fue al baño, el repartidor se levantó y la manoseó. De repente salió su marido, así que fingió estar borracho, se desplomó sobre la mesa y pidió quedarse a pasar la noche. Como estaba borracha, su marido se quedó dormido en la mesa del comedor sin saber que su esposa estaba teniendo sexo con ese repartidor bastardo justo en el dormitorio.
